Éramos dos figurantes
de una película inventada
Como esos cuentos de pequeño
llenos de absurda inocencia
Los brazos se entremezclaban
con el delicado aroma de las rosas
mientras unas mariposas nos molestaban
llenándonos de felicidad impostada
¿Qué era el tiempo para nosotros,
mientras los relojes morían?
Creíamos infalibles nuestros corazones
que bombeaban sangre sin control
La envidia ardía a nuestro paso
a través de las miradas encendidas
Daba igual el día, momento o lugar
porque los besos no tenían final
Las noches eran locura
entre sabanas, pellizcos y rozaduras
El placer salía por cada rincón
mientras rallábamos el suelo
Del amor al odio hay solo un paso
y nosotros lo cruzamos rápido
La rabia quebró los sueños
embriagándonos de dolor y tragedia
Ahora no quiero recordar nada
solo terminar estos versos
que fueron como un cuchillo
abriendo estas venas.
D.G 8/5/24
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